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    La estimulación temprana la entendemos como un proceso natural del desarrollo infantil manejado en forma de juego, este proporciona al niño toda una serie de herramientas para resaltar habilidades motoras, sensoriales, del lenguaje y comunicación así como de la socialización, el objetivo añadido es que el niño disfrute y se lo pase bien, se divierta.

    La edad clave en los niños para aprender es desde el nacimiento hasta los 6 años de edad, la potencialidad es enorme en estas edades, debido al interés y curiosidad que poseen y teniendo como dato que el cerebro de un niño de 10 años de edad se ha desarrollado aproximadamente hasta un 90%, es por ello por lo que trabajamos en estos rangos de edad. Aunque un desarrollo temprano no garantiza el éxito futuro, los progresos insuficientes en la primera infancia pueden causar dificultades, en ocasiones, prácticamente imposibles de superar.

    Según J. Piaget, todo aprendizaje se basa en experiencias previas, entonces si el niño nace sin experiencia, mediante la estimulación se le proporcionaran situaciones que inviten al aprendizaje. La idea es abrir canales sensoriales del mundo que les rodea. Es sumamente importante conocer al niño/a y hacer una valoración mediante la observación para saber por dónde empezar a ofrecerle experiencias poniendo atención en sus áreas de desarrollo y al mismo tiempo ir estimulando la atención y la memoria.

    Se trabaja básicamente 6 áreas:

  1. AREA VERBAL: capacidad de comunicarse con los demás, ser entendido y comprendido por sus compañeros, comprender oraciones, expresar adecuadamente sus ideas o pautas a seguir, avanzar en la construcción de significados, ampliar y afianzar la base de vocabulario, establecer construcciones orales y gramaticales, expresión gestual-bucal, mejor pronunciación, el leguaje como instrumento de planificación de la propia conducta.
  2. AREA NUMÉRICA: capacidad de cálculo mental, reconocer cantidad y/o números, operaciones, proponer estrategias, buscar soluciones, planificar fases para llegar a una operación o solución matemática, diferenciar cantidades, etc.
  3. AREA PERCEPCIÓN-MANIPULACIÓN: reconocer, diferenciar, clasificar, ordenar o secuenciar objetos o elementos por: el peso, cantidad, tamaño, forma, color y percepciones físicas o psíquicas, realizar construcciones, manipulación de distintos objetos….
  4. AREA MOTORA: Psicomotricidad gruesa y fina. Coordinaciónbrazos con piernas, coordinación visual en movimiento, saltar, trepar, arrastrarse, desplazarse con distinta velocidad, puntería y equilibrio, entre otros.
  5. AREA ATENCIÓN-MEMORIA: observación, imitación, descripción, relatar, hilar conversación, secuenciación, escucha, dejar hablar, resumir visualización, relacionar diferentes informaciones, codificar y recuperar estímulos ,etc.
  6. AREA INTELIGENCIA EMOCINAL: fomentar pensamientos creativos y positivos, crecer la autoestima, seguridad, autonomía, vencer miedos, vergüenzas, temores, hablar en público, expresar sensaciones y sentimientos, controlar el temperamento, compartir, adquirir hábitos de salud, establecer relaciones sociales, aprender a perder…

    Por otro lado no se debe olvidar la importancia del juego para el desarrollo cerebral del niño. Aunque los pequeños nacen con su cerebro completo, éste debe ir madurando para que cada día que pase tengan mayores habilidades para el aprendizaje. El juego, es la forma más importante para ayudar al bebé a desarrollar cada una de las áreas mencionadas anteriormente.

    Cuando los niños juegan desarrollan su memoria, mejoran su lenguaje y establecen relaciones sociales. En otras palabras el juego aporta los cimientos para el pensamiento más complejo y contribuye a la formación de hábitos de cooperación. Por otro lado el juego es un recurso creador (función creativa), tanto en el sentido físico (desarrollo sensorial, motor, muscular, coordinación psicomotriz) como mental. La primera forma en que los niños aprenden es por medio de la imitación.